domingo, 19 de enero de 2014

If you

No puedo ofrecerte mucho más de lo que la vida en sí ha dejado en tus manos.
No puedo pedirte que te quedes, ni que des más de lo que eres capaz de tener a una poeta desalmada con un baremo de tragedias que no caben ya en taberna alguna.

Solo tengo para darte un colchón sin mantas en el que tumbarte a ver el techo, y con suerte tú tendrás más magia que yo y encontrarás el modo de pintarle estrellas sin mover un dedo. Puedes venir cuando quieras. Yo te espero.

Pero,
si desesperas en algún momento,
puedes volver aquí a negar el mundo aunque haga frío.
Y,
juntos,
inventar también el modo de hacer arder a fuego lento
las cenizas que alguien pudo olvidar entre estas cuatro paredes,
y si no las encontramos
tener la excusa perfecta para viajar a Marte en mis brazos.
Podríamos llegar allí
sin más excusas ni pretextos
que volver a tumbarnos en otro colchón
mirarnos a los ojos
como si la muerte fuese solo un juego,
y reírnos del resto de mortales
por no saber que el hambre y la sed
se calman también a besos.

Pero,
sobretodo,
y sin sentirte tú obligado,
cuando desistas de tu lucha debes saber que
sigo aquí,  tumbada en el mismo sitio observando la nada.
Es cómoda pero fría, como el primer lunes de enero,
está vacía como un tren sin pasajeros,
está rota.
Como ese cigarro que dejé a medias por si te apetecía fumar.


Pero nunca volviste.

jueves, 16 de enero de 2014

Y la vida a risa

Fue divertido comprender
que los silencios también ríen
los ríos saltan sus presas
y que a mí se me ha olvidado la prisa
por encontrar un reloj esta noche.

Al igual que me olvidé de entender
que bajo el filo de tus sábanas
la noche se hacía más corta
y las faldas desaparecían
sin dar explicaciones al dueño.

Quizás es mejor así.
Despertar con el sol en la cara
y tu aliento en mi espalda dándome los buenos días
ahorrándote el princesa
para cuentos con finales felices.

Fue divertido comprender
que tú entendías también mi concepto de centro.
El no buscar el mañana
porque ya nos encuentra hoy
y entonces jugar tú los ases
para yo beberme el de copas
antes de que te marches.

Y tomarme el alcohol sin olvido
y la vida a risa,
la poesía a litros
y un par de rayas de nostalgia.
Porque puede que en el fondo
sea lo único que me salve.




domingo, 12 de enero de 2014

(No)stalgia


Y aquí estoy otra vez; a tres años luz de tus manos y a tres copas de añejo de que el asunto se vaya de las mías, pero sin dramas. Ambos sabemos que cuando el asunto se desborda me sobra fuerza en los brazos para mantener la compostura. Aunque en tu cama era más divertido. Sí, digo era porque a mis recuerdos se les ha olvidado el olor de tu piel a las tres de la mañana de un domingo cualquiera en que mi cigarro y yo te mirábamos atónitos mientras yo hacía esfuerzos sobrehumanos por no despertarte y decirte que me daba miedo volver a ser una romántica –por eso de que, si te ibas, serías para siempre mi mayor causa perdida-, y no sé si es por las copas de más o de menos, pero todavía se acuerdan de ti y tu manera de olvidarme.
Me dijiste una vez que solo merecía la pena robar lo que jamás podrá ser devuelto, y aquello fue un apagón en toda regla, porque al irte te llevaste mi luz y ni siquiera me di cuenta de que yo sola fundí los plomos al sangrarles encima. Y ya no queríamos ni tocarnos, ni tan siquiera hundirnos o ahogarnos para encontrar excusas a un punto y aparte que aun a oscuras y con desperfectos parecía tener complejo de estado y quería hacernos pagar las facturas.
Y encima me piden que sea fuerte, cuando todos saben de mi colección de flojeras y lo mismo sin “fl”, de tantas noches despierta buscando soluciones. Pero las matemáticas tampoco eran lo mío, así que decidí dejar de pensarte como un problema para pasar a dibujarte en forma de poema, así al menos el dolerme se hacía algo menos feo y por un instante todo lo que echaba de menos volvía a mí, aunque solo fuese por un segundo.


Puede que el equilibrio también entienda de diagonales, y no solo de líneas rectas.

miércoles, 1 de enero de 2014

Un plan para empezar

Podría empezar por decir que tengo un plan para empezar y me apasionan los principios -porque al fin y al cabo es lo que se debe hacer un día como hoy. Pero, a decir verdad, hace tiempo que empecé, y puede que por eso sea que no encuentre ilusión en el trance.
El día uno. Apreciado y odiado por todos -porque, al fin y al cabo, los otros trescientos sesenta y cuatro nos los pasamos esperando a encontrar una oportunidad para acabar con el dichoso bloc de notas y volver a empezarlo.
Así que dadas las circunstancias, me apetecía compartir con vosotros algo. Ahí va mi propuesta de año nuevo -si se le puede llamar así-, la que encontré por casualidad en un lugar que consigue que jamás me sienta sola: yo misma. Es tan simple y tan complicado como suprimir el número de los días del calendario -no digo que tengáis que deshaceros de vuestras agendas personales y quemarlas ni perder la noción del tiempo, aunque si os apetece seguro que también funciona. Ser día uno todos los días.
Es gracioso, en estos momentos parece que alguien universalizó una excusa para que la gente empezase a considerar su vida y realizase algún tipo de cambio a mejor, porque todos sabemos que en enero los astros se alinean especialmente para que las personas tengamos toda la fuerza del mundo y cumplamos nuestros sueños (era así, ¿no?). No. No esperéis al lunes. No esperéis al mes que viene. No esperéis a que se acabe nada porque puede que ni tan solo os de tiempo a empezarlo. Así que coged esos propósitos y guardadlos en un bolsillo con un filtro que deje pasar aquellos que no acabáis de desear con todas las fuerzas de vuestra alma y haced espacio para los que surjan un miércoles cualquiera de camino a la universidad. Suprimid el "no es el momento". El momento llega cuando uno está preparado y concienciado, no cuando un número lo dicta -porque todos sabemos que al final los propósitos de año nuevo no los cumple ni Dios. Conseguid que sea día uno todos los días. Respirad. Sentid cada mañana la fortuna de empezar algo nuevo porque lo estáis haciendo. Empieza un día nuevo, vuelve a salir el sol, al igual que ésta madrugada con código de barras que espera ser especial. Encontrad la excusa para enamoraros, o para despedidos. O para dar un abrazo a aquella persona que quizás lo rechaza pero bah, al fin y al cabo qué importa. Dejad que os quieran y os hieran sin tener que hacer a nadie vuestro, que al fin y al cabo todo sana.

Y sobretodo daros cuenta de que el único muro que os bloquea lleva vuestro nombre y apellidos. Sed constantes. Persistid. Seguid con lo que os propusisteis hace tres semanas aunque todavía fuese diciembre.

Cualquier momento es bueno para empezar a soñar, pero todavía más si es para seguir soñando.

Feliz día uno del calendario desde mi fábrica de sueños:)

Ane