lunes, 19 de marzo de 2012

-¿Qué sucede? Al parecer ahora si no escribes las palabras te oprimen en tu estómago y no quieren salir.
-Y bien, ¿qué quieres que haga? Al parecer a eso estamos predestinados los escritores.
-¿Los escritores a eso?- preguntó incrédulo- Tonterías. Siempre os la ingeniáis para encandilar con palabras dulces a las mujeres, y os las acabáis quedando a todas. Maldito poeta; además tienes valor de quejarte ante un desdichado.
-¿Lo ves? A eso estoy predestinado.
-¿A qué?
-A nada.
-Vamos, tío. No me jodas. Vives entre angustias mientras andas por un camino de flores, ¿cómo se explica eso?
-Lo que te decía. Predestinado.
-Predestinado a ser un capullo.
-No. Predestinado a ser un loco incomprendido que nunca acaba de saciar su sed de soledad. Sometido a una puta introspección continua de mí mismo. Y la verdad es que cuanto más me conozco más me odio, más papeles necesito, más...
-Más bobadas. Estás como un cencerro...
-Me estás dando la razón. No logras entenderme. Puede que el destino del escritor sea también estar solo.

1 comentario:

  1. Mira, yo ya no sé que más decirte, tu tienes un Don! Eres increible chica.

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