sábado, 2 de octubre de 2010

On ne voit qu'avec le coeur. L'essentiel est invisible pour les yeux

Aquella niña tan pequeña ha crecido, a tí ya no te caben tus zapatitos blancos con el botón de margaritas. El cielo cada vez está más cerca y tu amor a ras de suelo. Todo crece, se pierde, se encuentra. Ilusiones y sueños ya no tenemos en cuenta. Se quedaron allí, en un rincón, alejados de la mano de un dios que tan siquiera sabes si existe. El deseo de llegar a coger los yogures del estante más alto se ha escapado entre tus piernas, ahora te conformas solo con ser capaz de llenar el de abajo. Nos conformamos con ser mediocres pudiendo ser los mejores. Y todo por miedo. El miedo que no tuvo aquél que entro en las cortes de versalles y gritó revolución. El miedo de saber que juegas a una carta, y de que si fallas y pierdes, necesitarás tanto valor, como para empezar de 0.
Y tú, tienes miedo a vivir. De abrir el libro y ver que el primer folio está en blanco. ¡Vamos! Admítelo, el pavor a la crítica hace un racionamiento de toda tu razón.
Y todo, por miedo. Miedo a vivir. Miedo a ser. Miedo a sentir.
¿Saben qué? Voy a quitarme la coraza y mi única armadura será el valor. Voy a salir a luchar, voy a reírme de mi propia tragedia.

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